martes, 5 de marzo de 2013

Maldrung



 II
Aquella criatura, no era un árbol, o podríamos decir que no lucia como tal, ya que su apariencia era casi humana, el antiguo árbol le había creado a el y a otro mas, luego de haber creado los miles de árboles que ahora se levantan en torno a el, su misión seria proteger al árbol, y puesto que en forma humana se desarrollaría mucho mas rápido que un árbol, y  llevaría asi su misión  de mejor manera, le fue otorgada esta forma humanoide, mas aquella noche, la noche de la creación, una tormenta azoto aquel poblado, y las dos semillas volaron  por los aires, una de las semillas quedo arraigada en las raíces del ancestral árbol, mas la otra fue mas débil, y siendo arrastrada por la tormenta, desaparecio, en el fuerte rugir del viento,  el arbol desesperado alargo a mas no poder las poderosas ramas, intentando de esta manera alcanzar a la extraviada semilla, mas su gran esfuerzo fue en vano,  ya era muy tarde y aquella fue asi, la única vez que el árbol lloro,  en recuerdo de aquella tempestuosa noche, la mitad de su tronco quedo encorvado para siempre, el viento, le hablo, intento calmarle anunciandole que igualmente el destino de la semilla se cumpliria, retornando junto a el, entonces el sabio arbol, resignado espero con cautela el pasar del acongojado tiempo.
Pasaron asi los años y la joven criatura que nacio de la semilla, ya lucia como un joven humano de casi dieciocho años, a pesar de ser un espiritu del bosque, proveniente de la casta de los elfos nocturnos. Maldrung entonces fue el nombre, que el ancestral arbol habia elegido para el, nombre que significaba, y asi, su mision por el momento consistia en deambular por el  bosque y sus alrededores, alejando asi a todo intruso que quisiese adentrarse en el, y absorbiendo cuanto conocimiento se le entregaba, hablaba asi ya el lenguaje de los árboles y aprendió a leer el viento y las estrellas, y de la música pues sobresalía en el, el don de cantar, mas extraña y tristemente, habia momentos en que ni sus grandes habilidades, ni conocimientos, le eran suficientes para contrarrestar la inmensa soledad que sentia a veces, entonces y en busca de alguna explicación y consuelo dirigio sus dudas hacia el gran arbol, el cual a escuchar al joven elfo comprendio a la perfeccion el porque de aquel sentimiento, el gran arbol en su inmensa sabidura, creyo innecesario desde un comienzo contar la historia de su creación, y la de la otra semilla extraviada, pues presintió, que la triste verdad le agoviaria de sobremanera impidiendole asi, desarrollar sus habilidades al maximo, mas ahora que maldrung sufria las consecuencias de aquella separacion , le era sumamente necesario, contarle la otra parte de la historia, entonces maldrung, escucho una a una las palabras del anciano arbol, acerca de la otra semilla, de los intentos del arbol por retenerla y su final extravio, y asi comprendio que su malestar era causa, de aquella soledad, soledad que solo podria ser llenada, con el ser que habia sido creado para el, la semilla perdida, su elfa, entonces maldrung, creyo que lo mejor seria salir en su busqueda, pues sea cual sea el lugar donde estuviese, aquel no era al que pertenecia y seguro estaria tan desolada como el, mas el arbol le tranquilizo y le conto de lo que el viento le habia susurrado, acerca del retorno de la elfa, y aunque maldrung parecía no resignarse con la idea de esperar y esperar hasta no saber  cuando, callo y acepto.

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