IX
Las sangrientas batallas que por esos tiempos
asolaban a todo el mundo conocido, no tardaron en invadir al lejano poblado que
albergaba celosamente al misterioso bosque, las luchas por la tierra, riquezas
y poder embriagan el corazón de todo ser humano y dos bandos adversarios se
adjudicaban, el derecho de poseer al lejano poblado, fuego por todas partes,
muerte, destrucción, las gentes huían, perdiendo todo en el camino algunos
incluso la vida, todo era un caos mas ni el fuego, ni la muerte logro cruzar,
el fuerte muro de árboles que protegía en su corazón al ancestral árbol y a sus
vigilantes, los elfos, el brujo y su joven aprendiz, quienes contemplaban el
caos, entonces un elfo hablo, a llegado el momento, dijo Maldrung a
Cesgala, mientras contemplaba el horror, debemos partir, mas el brujo le
respondió, con la mirada fija en la multitud de soldados que peleándose entre si, perdían el control,
no, es necesario esperar, uno de los nuestros esta por llegar, lo
presiento , insistió el brujo ¿Quién? Pregunto maldrung, ¿acaso un humano, un
soldado?, le reprimió el elfo, a t i, tu sabiduría te trajo hacia nosotros, y a
Abel, su inocencia le salvo la vida, pues si, es humano mas aun la humanidad no le hacia
presa, pero un humano soldado, un asesino, no tendría cabida entre nosotros.
Jamás quiso saber de guerras, de muerte ni de dolor,
mas dicen que nadie elige su destino, y este caso no era la excepción, contaban en el apenas dieciocho años y aun
recordaba aquel triste momento en el que los soldados de su majestad
acecharon su hogar y le llevaron lejos,
a las grandes guerras de los señores, a el y a otros jóvenes de su misma
edad, poniendo una espada en su mano e
instándolo a matar, ya pocos quedaban
aun en pie y hay estaba el, cubierto por el humo y la sangre de decenas de
hombres que no conocía, cubierto de pies a cabeza de muerte y dolor, rogaba por
no tener que matar a nadie mas, pues la
conciencia no le dejaba tranquilo, sintió temor, miedo de el mismo, de los hombres,
entonces pensó en huir y antes de que cualquier hombre se le acercase con la
intención de matarle diviso algún lugar donde esconderse y un bosque a lo lejos fue su elección corrió
hacia el con todas sus fuerzas y cuando ya creía que estaba a salvo, sintió, preso del horror el filo de una espada en la
espalda ¿ acaso pretendías huir
soldado, acaso no sabias que todo desertor debe pagar con la muerte?,,dijo un
fiero soldado mientras le apuntaba esta vez en el corazón, el joven caballero
cayo arrodillado, rogando piedad
sollozando, al instante en el que el fiero caballero alzaba la espada para
asestársela en plena cabeza, mas prácticamente de la nada otro caballero se
abalanza sobre el y extrayendo un cuchillo de su bota, le rebana el cuello matándole
casi instantáneamente, impidiendo así,
la muerte del joven caballero ¿estas bien muchacho? Le pregunto el caballero,
el que resulto ser un hombre de edad avanzada,
al joven caballero, si, respondió este sorprendido, ¿pero porque me ha
salvado?, después de todo, el otro caballero tenia razón en querer matarme,
pretendía huir, y además continuo el joven caballero usted pertenece al bando
enemigo, entonces el anciano caballero le respondió: no puedo culparte por
querer huir, pues si yo tuviese donde también huiría, y aquel caballero era
quien merecía morir, pues si cree que alguien deba perder la vida, por amarla
demasiado y querer continuar su existencia en paz, es porque su alma ya esta
demasiado podrida y es el quien merece morir, yo ya desperdicie mi vida,
peleando batallas que no me pertenecen, proclamando al viento el nombre de
desconocidos reyes, que duermen tranquilos en sus castillos, mientras nosotros
lidiamos con los fantasmas de nuestro
muertos adversarios, contando los días en que nos reuniremos con ellos,
y una vez que el anciano caballero hubo dicho esto , le pregunto al joven
¿Dónde pretendías huir?, entonces el joven le indico en dirección al bosque,,
¿y usted que hará? , le pregunto el joven al anciano caballero, ya no me queda
hogar donde huir, y pronto enviaran mas soldados, para tomarse por completo el
poblado y quizás también para matarnos, iré contigo, si me lo permites,
entonces ambos caballeros caminaron en dirección al bosque, cansados y
entristecidos pues no sabían que hallarían durante el camino, ni las fuerzas
les acompañaban para otra batalla, entonces cuando solo se encontraban a unos
pasos del bosque, sintieron el feroz galope de un jinete tras sus espaldas, y
al voltearse, divisaron con horror como un soldado armado con un arco les
apuntaba, ambos comenzaron a correr con todas sus fuerzas, mas ni todas sus
fuerzas ni habilidad le alcanzo al anciano caballero para evadir una flecha que
le dio por la espalda, haciéndole caer, entonces el joven caballero se detuvo
cogiéndole por los hombros, aun intentando huir, déjame morir, gimió el
anciano, sálvate tu, que tienes vida por vivir, mas el joven haciendo caso
omiso de las palabras del anciano caballero, no le abandono, pero el jinete
preparaba otra flecha para el y alzando el arco se disponía a asestársela
cuando inexplicablemente una ráfaga de viento le derribo del caballo,
envolviéndole en un remolino que le llevo lejos del bosque, los dos caballeros,
jamás se dieron cuenta de lo que había sucedido, solo notaron, al voltear la
mirada que el jinete ya no estaba, ambos entonces que ya se encontraban en el
interior del bosque, notaron que la noche ya caía y buscando refugio donde
pasar la noche dieron con una gran cueva a los pies de un árbol, donde se
sentaron y el joven con mucho cuidado le extrajo la flecha al anciano que para
su suerte no le había alcanzado el corazón, una vez hecho esto, la falta de luz
y el cansancio les obligo a dormir y así ambos durmieron albergados en el
corazón del árbol.
A la mañana siguiente, un sinfín de extrañas
melodías despertó a los dos caballeros, los que alarmados, imaginaron serian
los soldados que irían en su busca, mas sorprendidos se mostraron, cuando una
vez en pie se vieron rodeados de gigantescos árboles, de los que fluían
hermosos sonidos y que habían pasado la
noche a los pies del mas majestuoso de
ellos, entonces de forma misteriosa entre los árboles apareció un joven de
alrededor de trece años que vestía una larga túnica, y entre
las manos llevaba lo que parecía ser un caldero y sin decir una sola
palabra lo deposito a los pies de los caballeros y luego se marcho, de la misma
forma en la que apareció casi
imperceptiblemente, los dos caballeros extrañados estudiaron el caldero y
viendo que su interior contenía un extraño liquido caliente lo olieron, el
anciano caballero humedeció los dedos en el y lo saboreo, no se que será, pero
es dulce, como la miel, dijo luego saco
un poco mas y sintió como sus fuerzas volvían, entonces el joven también lo
probo y ambos sintieron como mejoraban de todos su males incluso los
espirituales, y una vez que se hubieron bebido por completo el contenido del
caldero, un ser que también vestía una
larga túnica apareció ante ellos, ¿quien sois? le pregunto el anciano
caballero, ¿vienes a matarnos?.le pregunto temeroso de la respuesta .no, dijo
el ser, volviendo la calma a los caballeros, al instante en que, el mismo joven
de la noche anterior acudía hacia ellos entre los árboles ahora acompañado de
dos extraños seres alados, ustedes han sido elegidos entre los humanos,
continuo el ser de la túnica hemos mirado en sus corazones y hemos visto el
arrepentimiento y al decir esto se dirigió al anciano, el que temeroso miro el
suelo avergonzado, y también la nobleza continuo el hombre y ahora miro al joven caballero, en ustedes
hemos visto un vestigio de esperanza, por eso les hemos ayudado, con el néctar
del árbol, el cual les ha salvado la vida, ahora pueden marcharse, no nos deben
nada, mas les ruego no revelar la verdad de este bosque, los dos caballeros se miraron,
y el anciano caballero dijo: señor, yo no tengo donde ir y no quiero
volver a las guerras, podría a usted
servirle, por habernos salvado la vida, entonces el joven caballero se le unió,
y también rogó se le permitiese quedarse, entonces el ser de la túnica, les
miro pensativo, y dijo, anciano entiendo tu decisión pero tu joven, ¿no
extrañaras la vida de los humanos?, y el joven respondió, dieciocho años me
bastaron para conocer a la humanidad, el vivir bajo sus leyes me encegueció y
el llegar hasta aquí no puede ser sinónimo si no de algo maravilloso, entonces
el ser de la túnica les dijo, así es
como el árbol predijo que seria pues el
los a indicado, entonces los caballeros se voltearon mirando al árbol,
entonces un sonido ensordecedor invadió el bosque, y todo se oscureció, los
caballeros cayeron de rodillas temerosos, entonces el árbol alzo sus ramas, las
que le habían servido de cueva a los caballeros y un haz de luz azulino se
derramo sobre los caballeros, sus armaduras brillaron verde oscuro, el miedo
desapareció de sus rostros, los cansados cuerpos parecían rejuvenecidos, el
anciano caballero, no era mas anciano, pues oscuro se había vuelto el
blanquecino cabellos y los surcos de le edad habían desaparecido, el joven
caballero por su parte , parecía mas seguro y confiado, entonces el sonido
ensordecedor se convirtió en música, y el ser de la túnica se les acerco,
diciendo: soy…..el brujo, el es mi aprendiz Abel, dijo indicando al joven, y
ellos, dijo el brujo, son los elfos, la esencia del bosque, entonces los seres
alados se materializaron en dos criaturas de apariencia casi humana, cesgala y
maldrung, bienvenidos caballeros, dijeron ya estamos todos reunidos.
Asi los seis seres caminaron a paso firme
internándose en el bosque, con la dura convicción de su misión, sin siquiera
imaginar la dura prueba que todos deberían sortear antes de regresar al plano
de lo real, con el conocimiento acumulado en esta vida terrena, pues si bien
todos eran seres de singulares características, era necesario una ultima etapa,
pues a la humanidad le esperaba aún una gran prueba y es que el hombre en su
afán de conquista, de dominancia y control aun se encontraba al inicio de sus
propios desastres, la tierra aún tenia muhco por sufrir, ella y todos sus
seres, incluso los elementales, sufrirían de la gran inconsciencia humana, que
comenzaba a gestarse, y estas “insignificantes” batallas no era sino solo la
punta del iceberg.
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