martes, 5 de marzo de 2013

Cuento de Navidad (30 Dic.2009)




La noche era muy fría, podría decirse que estaba a punto de nevar y en todas partes podían oírse canciones alusivas, a la navidad, celebración, que pretende llenar de paz y tranquilidad, los corazones de todos los seres humanos, el sabia que la paz ya no volvería, por lo menos para el, solo caminaba, por las oscuras y vacías calles que rodeaban la ciudad, observando a la distancia la ajena felicidad y el triste corazón se encogía cada vez que miraba de reojo al interior de los hogares, donde la dicha desbordaba de los rostros y risas de las familias, tan lejana para el, añoranza era la palabra precisa a su sentir, nostalgia, era cada lagrima que surcaba su rostro, haciéndole recordar su feliz y ultima navidad, Ella agitada como una avecilla, preocupada siempre de los últimos detalles, las delicadas manos
adornando el árbol de navidad, las tibias galletas, enfriándose sobre la cocina y siempre, un detalle para cada uno, casi por obra de magia, sabia para su tristeza que ella era la única alegría de su vida y que sin ella ya nada tendría sentido, ni la navidad, y así siguió su camino, sabia muy bien hacia donde se dirigía, todo lo había planeado perfectamente, mensajes a sus conocidos y amigos, en donde les informaba que no se encontraría en casa para navidad, así que no perdieran su tiempo, había apagado todas las luces y cerrado todo muy bien así entonces se adentro en un bosque cercano a un lago, en donde solían cortar el árbol de navidad, el que claro esta, era elegido por ella, se acerco lentamente al lago con los ojos llenos de lagrimas y avanzando paso a paso dejo que el agua lo cubriera hasta la cintura, y una vez que sintió las piernas paralizadas por el frío, comenzó a bajar cada vez mas, luego lentamente, elevo la vista al cielo una ultima vez y , pequeños copos de nieve comenzaron a caer acariciándolo delicadamente, entonces la vio, no sabia con claridad, si se trataba de un sueño o una ilusión, pero a el no le importaba, era ella, parecía vestida de nieve y el cabello, encrespado al cielo simulaban estalactitas de cristal, entonces ella con una suave voz dijo: no prives al mundo de conocer lo bello de tu interior, no dejes que tu corazón se endurezca, yo siempre estaré por ti, pero aun no es momento…. y tras decir estas palabras se desvaneció, entonces a lo lejos creyó oír el sonido de un reloj y abrió los ojos, mientras se acomodaba en su cama, descubrió que todo había sido un sueño se froto los ojos y miro por la ventana, estaba nevando, y el alboroto de los niños jugando en la calle le alegro un poco el corazón, dirigió la vista hacia su mesita de noche para poder al fin apagar el despertador, cuando vio su fotografía, y como un mar de llanto a sus ojos acudieron miles de lagrimas, pero estas eran de felicidad, pues había estado realmente con ella y sabia que la volvería a ver, entonces enjugo su llanto y salto de la cama, corrió al teléfono he hizo un par de llamadas, luego tomo su abrigo, un sombrero y salio apresuradamente, estaba feliz, radiante, casi se podría decir que era otra persona y así salio de casa, camino por la calle e incluso hizo algunas compras navideñas, siempre sonriente, y esa misma tarde acudió a cada una de las casas de sus vecinos y viejos amigos, algunos a los que incluso no veía hace bastante tiempo, les estrecho fuertemente y paso un largo rato con cada uno, sentía que la felicidad le desbordaba y en cada buen gesto que realizaba sentía la compañía de ella, entonces y cuando ya la media noche se acercaba, sus amigos le rogaron que pasase aquella velada con ellos, pues hacia tiempo que no le veían así, de feliz, el se disculpaba: tengo una cita, decía, una cita muy importante, entonces todos se extrañaban mas sonreían felices por el, entonces se despidió, de cada uno prolongadamente y camino por ultima vez en dirección al bosque, ahora feliz, reconciliado con el mundo, reconciliado con el mismo, camino lentamente, observando los árboles, la nieve, la felicidad en el ambiente, cuando a no mucho andar vio a una pobre madre con sus hijos que a duras penas intentaban calentarse alrededor de una minúscula fogata que a regañadientes ardía en el fondo de un barril, entonces totalmente conmovido por la imagen se dirigió hacia ellos y les dijo: me gustaría poder hacer mas por ustedes, pero todo lo que tengo es esto, y saco de su bolsillo un pan de navidad, la madre lo tomo entre sus manos y le dijo: es mas que suficiente, muchas gracias, el se despidió de la familia deseándoles una feliz navidad, a lo que la madre respondió, para usted también, que la disfrute junto a su familia, el sonriendo dijo: lo haré, gracias, y así continuo su camino, hasta el bosque, entonces finalmente llego a su destino, la nieve lo había inundado todo, y ella estaba hay y extendiendo sus brazos hacia el se abrazaron casi al mismo tiempo que se sumergían en el corazón de aquel lago, que esta vez no le pareció frío ni amenazante sino calido y reconfortante, como el amor mismo.


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